Centaurea cyanus L. Aciano
La Centaurea cyanus se conoce desde la antigüedad, ya que Plinio el Viejo,
naturalista del siglo I, la describía como “flor molesta para los segadores”. Parece ser que
el origen de la planta está en el lejano oriente y que la mezcla de sus
semillas con los cereales eran exportadas bien con sus granos o bien en el
intestino animal, haciendo que esta vistosa flor se propagara mundialmente,
hasta tal punto agraciada que en Estonia se considere su flor nacional.
El aciano es una planta herbácea que llega a sobrepasar los 60 centímetros
de altura. Tallos resistentes y ramificados en su extremo superior. Toda la
planta está recubierta de una fina vellosidad, incluidas las hojas lineales y
agudas que crecen de forma alterna en su tallo. Las flores son de dos formas
bien diferentes. Las exteriores, de un azul intenso, y más grandes que las interiores de un color más violáceo. El involucro, conjunto de hojitas (brácteas)
en forma de copa, sobre el que se asienta la flor, es posiblemente una de las
partes que más la hacen diferenciarse de flores parecidas. Como puede apreciarse,
estas brácteas son verdosas y estan muy dividido en dientes agudos pardos. La
planta Se encuentra al borde de los caminos y terrenos baldíos entre finales de
abril y agosto.
Es antibacteriana, expectorante, fungicida, estimulante
del apetito,, diurética etc. Su principio amargo actúa como aperitivo.
Igualmente parece ser que aumenta la agudeza visual. En medicina, con la
cocción de sus flores se obtiene el agua de aciano, de efecto aniinflamatorio,
que aplicado en lavados oculares mitiga la irritación de los ojos, es decir, es
ideal para el tratamiento de la conjuntivitis. Como cosmético se usa para aclarar el cabello cuando estos son
claros. Como planta tintórea, la cianina que contiene disuelta en agua y
alumbre, se emplea en acuarelas y tintas azules.
Humilde y guapa flor...
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